El argentino resultó ser decisivo en el partido de ida en semifinales por sus dos goles y por su ingenio a la hora de regatear, como lo que le hizo a Boateng tirándolo al suelo sin ni si quiera tocarlo antes de hacerle un vaselina al guardameta alemán Neuer.
Su primer gol lo marcó desde lejos y muy pegado a un defensa, después de eso, todo el estadio enloquecido alabando al argentino como si fuera un Dios en la Tierra.
El segundo tanto lo marcó después de un maravilloso y perfecto regate a Boateng y hacerle una vaselina a Neuer, entonces si que gritó el estadio, pero Pep tuvo una actitud decepcionada hacia su equipo.
El tercer y último gol de Neymar, uno muy simple, tiene el balón y delante solo al portero y marca.
Ahora sin duda, el equipo alemán lo tiene muy difícil si quiere verse el la final de Berlín.
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